Nuestra Madre se va pero se queda en nuestros corazones


Después de toda una semana de estancia de Nuestra querida Madre en la Iglesia de la Stma. Trinidad, en la que no le ha faltado la visita de una gran cantidad de devotos, llega el momento de decir adiós y tomar camino abajo la cuesta del Santuario. Sólo es una despedida a medias porque en nuestros corazones se quedará durante estos meses de frío y sobriedad para volver allá por el tiempo de las amapolas y espigas.

Todo comenzaba la noche del sábado en la que Nuestra Madre volvía a lucir sus mejores galas de Pastora para comenzar su camino de vuelta a su morada de invierno.



A las 6,30h comenzaba la Santa Misa de despedida en la que fue acompañada por bastantes madrugadores que querían despedirla con su oración ya que con sus pies algunos de ellos no podrían hacer el camino.



También su "Hijo" la despide 

Con las primeras luces del día atraviesa la puerta de la Iglesia de la Stma. Trinidad para dirigirse al tradicional "Molino de Lázaro", dónde le espera una gran multitud de gente. Le acompaña Eugenio Santa Bárbara, junto con su familia, que la despedirá con unas sencillas palabras que llegarían al corazón de muchos de los que allí nos encontrábamos.





Eugenio se despidió en nombre de todos los devotos de la Patrona con sencillas palabras y le dio las gracias por todo lo que Ella ha hecho por sus Hijos

"Gracias María porque tenemos salud, gracias por nuestros hijos y por nuestras parejas. Gracias porque nos has permitido rehacer nuestras vidas, cuando pensábamos que todo estaba ya perdido. Gracias por levantarnos cuando caemos, por prestarnos tu hombro para llorar y por abrirnos las puertas de tu casa para que conozcamos a tu Hijo. Gracias por el pan nuestro de cada día, por los momentos de alegría vividos con los amigos y con la familia, por nuestros logros profesionales, gracias, gracias, muchísimas gracias. Gracias por todo lo que tenemos, pero también por estar pendiente de todo aquello que nos falta para ser mejores y para vivir más felices." 

También el grupo joven de la Cofradía del Resucitado tuvo un emotivo detalle con su Patrona ofreciéndole unas palabras de despedida y una ofrenda floral. La Virgen de Guadalupe va dejando huella en nuestros jóvenes.


Tras la despedida se inicia el camino al Santuario, a su paso por el cementerio de San Ginés, Nuestra Madre hace parada para elevar al cielo una oración por todos sus Hijos que hoy no pueden acompañarla.

"Hoy te llevas en tu zurrón de pastora las almas de quienes te esperaron por mayo pero que no han podido resistir hasta septiembre" (texto despedida Eugenio Santa Bárbara)

La partida hasta Santa Eulalia da comienzo y a la altura del Visillo los aldeanos la esperan con el corazón abierto ofreciendo sus hombros para llevarla. Allí se despide de Úbeda hasta los albores de la primavera.







Una vez finalizada la Santa Misa en la aldea, la Virgen de Guadalupe es colocada en sus andas de madera para iniciar el camino de la cuesta rodeada de  fieles que hacen el camino descalzos entre olivos y terrones.




Durante la celebración de la Santa Misa en el Santuario, D. Juan I Damas, capellán de la Cofradía, bendijo la fuente que ha sido construida y donada por D. Francisco Molina y que ha quedado instalada a la entrada de la explanada. A continuación D. Juan I, bendijo a todos los asistentes con  el agua de dicha fuente.



(texto de la despedida de Eugenio Santa Bárbara)
"Continuaré rezándole en cada una de las iglesias de nuestra ciudad, convertidas todas en Santa María y desde este mismo lugar me cruzaré un par de calles, para contarle mis penas en Santa Teresa. Buscaré su amor de madre y le pediré que aplaque mi dolor en la iglesia de la Trinidad y en San Nicolás me cobijaré junto a su pecho para que enjugue mis lágrimas y me llene de paz. Bajaré a San Pablo y le suplicaré firmeza para los cimientos de una fe que en ocasiones se agrieta y duda y para rogarle que me ensanche la angosta frontera que existe a veces entre la esperanza y la desesperanza. Buscaré de nuevo a Guadalupe en su santuario salesiano, al que acudiré para pedir su auxilio y la descubriré como Reina del Carmelo y marinera cuando baje a buscarla a San Miguel. En San Isidoro me reconfortará su caridad y una oración aplacará mi angustia y volveré a Santa María, a su casa por antonomasia, para que Ella sofoque mi amargura e inunde a quienes quiero con su gracia. Concluiré mi periplo en San Millán donde al verte de nuevo, Guadalupe, seguramente se me agotarán las palabras."

"La Virgen no se marcha por septiembre porque, como ya les dije, nuestra Guadalupe ni va, ni viene, ni vuelve, ni se queda, sino que siempre está, porque habita dentro de los corazones de los hijos que la veneramos."

"Ya ven que María de Guadalupe hoy no se marcha, se queda entre los pucheros de nuestra vida cotidiana y entre los muros de nuestras iglesias, pero sobre todo abrigada al calor de nuestros corazones."


Acuérdate de los enfermos, de los niños, de los desahuciados, de los parados, de los maltratados y de quienes viven sin esperanza. Tú eres su única luz y su mejor consuelo. (texto de la despedida de Eugenio Santa Bárbara).

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