Aquellas Navidades con sabor a turrón...

Próximos a celebrar unq nueva Navidad, me vienen recuerdos de mi infancia que seguro que a Vds. también les pasará, cuando la Navidad olía a borrachuelos de la abuela, que además de estar buenísimos, sabían a “cariño”. Recuerdo aquellas tardes previas a la Nochebuena, como mi abuela con sus manos cansadas de trabajar de día y de noche, elaboraba los borrachuelos con unos ingredientes especiales como eran “ternura”, “amor” y “lágrimas”, pensando en sus hijos y nietos y los familiares que ya no podrían vivir un nuevo acontecimiento tan esperado y deseado en aquellos tiempos, como es el Nacimiento del “niño más pobre de la Tierra”.

Esas Navidades en las que realmente el turrón sabía a almendra, dónde la familia se reunía en torno a una mesa para celebrar precisamente es, que estaba toda la familia.

Aquella en la que “El lobo” no era el que perseguía a Caperucita y se comía a la abuela sino un turrón muy bueno. Hoy aún me pregunto si aquellas “Muñecas de Famosa” habrán llegado a su destino, porque se pasaban todas las Navidades “dirigiéndose al portal”.

Y que me dicen de nuestros Reyes Magos, esos sí que sabían lo que queríamos, no dejan de ser nacionales, ya que a Papa Noel hay que escribirle en inglés, y en aquellos años pocos niños, por no decir ninguno, sabíamos inglés. La de años que nos tirábamos pidiendo “el scalextric”, la cocinita de la Srta. Pepis (eso sí que estaba preparada para los modernos pisos de 60 m de hoy en día), la muñeca que hiciera algo lo que fuera, llorar, andar, hablar…. y al final venía la de siempre (la más barata) la que podíamos retorcerle las piernas que nuestro padre nos la arreglaba y listo a volver a jugar. Y esos “juegos reunidos” que no le faltaba detalle, tenían de todo y no había que enchufarlos a ningún sitio.

Y los famosos polvorones, que te comías uno y ya tenías para toda la Navidad, o aquel turrón de “Suchar” de chocolate, ese sí que duraba poco si tu madre no lo escondía. Hoy hay tantos en el mercado que no sabes que comprar y además en muchas casas hay hasta para la Semana Santa.

En fin dejémonos de nostalgias que ya “aquellas Navidades” no vuelven, estamos muy modernos, vamos con muchas prisas, tenemos tantas ocupaciones que a veces ni para Nochebuena podemos reunirnos la familia, pero a pesar de todo, sigamos teniendo esperanza apartemos las penas, disgustos y sintamos el verdadero espíritu de la Navidad, que esta no sea solo una palabra, un cuento, sino un sentimiento de amor, paz y cambio en nuestras vidas, una fantasía hecha realidad.

Dios nace para ti, para él, para el que está lejos, el que está cerca, para el pobre y para el rico, para el que enseña su mano pidiendo una amistad, para el que calla sufriendo soledad y para el que habla pidiendo libertad.

Feliz Navidad y no olviden abrir sus puertas para recibir a toda persona de buena voluntad.


Ana Herrador Marín

1 comentario:

  1. Con sorpresa y agrado he leído tu artículo. ¡Bien Ana y que te prodigues más en esta lides literarias! No en vano en la familia tienes un buen ejemplo en tu hermano Pedro.
    Como Secretaria de la Real Archicofradía tienes que deleitarnos de vez en cuando con noticias, reflexiones, colaboraciones, etc., que se te da muy bien.
    ¡Feliz Navidad para ti, los tuyos, la Junta Directiva y el Administrador de este Blog. Vuestro amigo
    Fernando.

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