La Pasión de una Madre

Dedicado a todas las madres que llevan “su particular cruz”

Pronto Entrarás Jesús en la ciudad, te recibirán con palmas, unas palmas que sonarán a alegría y triunfo, los niños correrán alrededor tuyo, te seguirán y ahí esperándote como siempre estará tu Madre.


¡Qué recibimiento puede haber mejor!


Ella con AMOR te acompañará para vivir junto a ti tus momentos de júbilo y los de sufrimiento.


Como siempre la Madre que ríe y sufre calladamente, que con GRACIA hará que tu estancia sea inolvidable.


Cenarás con tus amigos y sufrirás sabiendo que será la última.


Tu sufrimiento te llevará a orar en la soledad de un Huerto y Ella seguirá manteniendo la ESPERANZA de estar cerca de ti, no te dejará en el momento de tu Prendimiento por la injusticia de algunos impíos y acudirá a tu AUXILIO.


Te cogen, te prenden, no puedes escapar de las Columnas de la sinrazón y allí está Ella perdonándolos con su CARIDAD.


Llega la humillación de tu cuerpo y tu espíritu, sufres, te desgarras y aún así Ella tiene FE sigue a tu lado y pide que esos que te ofenden vuelvan sus ojos a tu Humildad y vean la magnitud de sus actos.


Se acerca tu Muerte y pides que sea Buena y que Ella no sufra.


No hay quién los pare y te llevan ante el justiciero piden a gritos tu Sentencia y en el rostro de Ella aparecen las PENAS que lleva acumulando durante días en su corazón.


“Es Madre y Él su hijo”


En el albor de la mañana te acompañará con tu Cruz Nazarena y Ella llevará todos tus DOLORES en su ser, como lo hace una Madre cuando sufre un hijo.


Te caerás, una, dos, tres veces y Ella con AMARGURA te ayudará en tu Caída.


“Hasta donde puede llegar la aberración de los humanos que en la Cruz te clavarán para así clavar ellos todos sus pecados”


Y volverá Ella a sufrir los DOLORES de su hijo Expirando clavado en el madero trinitario.


Por fin lo consiguieron, y mueres en la Cruz pidiendo clemencia para los que a tus pies miran el triunfo, y allí vuelve a estar Ella, con la ANGUSTIA de ver cómo te descienden a sus manos de Madre.


“Ya no le quedan LÁGRIMAS”


Y en su SOLEDAD ve como vas camino del Sepulcro para con tu Entierro callar y olvidar la injusticia que han cometido los que te condenaron y así lavar ellos sus culpas.


Pero el cariño de una Madre hace milagros y en tu tumba con su llanto vive la alegría de ver triunfar la razón, la justicia la PAZ y vuelves a darnos una lección de humildad y sencillez volviendo con nosotros en tu


RESURRECCIÓN


Ana Herrador Marín

Úbeda, abril 2011

1 comentario:

  1. Sin duda,otra advocación que pronto llegará, GUADALUPE, supo elegir a una secretaria de tales sentimientos y eficacia, dignos para servir a la Madre de Dios, enhorabuena, Ana.

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