NOTA DE PRENSA DE LA COFRADÍA DE LA PATRONA EN MADRID
La Real Archicofradía de la Santísima Virgen de Guadalupe en Madrid celebró el pasado domingo, festividad de Cristo Rey, los solemnes cultos en honor de la Patrona de Úbeda.
En su singular capilla de la Real Iglesia Parroquial de San Ginés, la Virgen de Guadalupe, vestida de Inmaculada, esperaba el cariño de todos sus hijos madrileños. En esta ocasión además, a un nutrido grupo de amigos ubetenses que se habían desplazado a la Capital, entre los que se encontraban doña Mariana Redondo Moreno, Hermana Mayor y don José Gámez Lamarca, Vicehermano Mayor, de la Real Archicofradía de Úbeda. Todos quisieron compartir con la Cofradía de Madrid sus solemnes cultos.
Rodeada de un espléndido exorno floral, nuestra Patrona, aparecía entronizada bajo el dosel dorado de su retablo. Como en el Apocalipsis (Ap 12, 1-2): “una mujer vestida de sol, y la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza”. Así, María de Guadalupe, Madre de la Iglesia, recibía el cariño sin reservas de todos los que se acercaban y se sorprendían ante tanta belleza.
A las 13 horas, el Coro Matritum Cantat entonaba el cántico de entrada comenzando así la solemne función principal. Presidiendo la Eucaristía, el reverendo padre don Antonio-Hernán Gómez Gómez, vicario parroquial. Las lecturas correspondieron a los respectivos hermanos mayores, doña Mariana Redondo Moreno y don Francisco Javier Reyes Sevilla. En la homilía, cercana y atinada, se dijo de María, que es Reina porque participa de la realeza de su Hijo. A continuación, el Sr. Secretario de la Cofradía de Madrid, don Daniel Berzosa López, en nombre de toda la Hermandad, acompañado por don Francisco Javier Reyes Sevilla, Hermano Mayor, don Francisco José Moro Herrador, Vicehermano Mayor, y los vocales, don Gervasio Gámez Redondo y don Francisco José Cayola Cortés, portando la bandera y báculos, realizaba el acto de protestación de fe ante todos los presentes.
Antes de la bendición final, previa a la conclusión de la celebración, el oficiante, la junta de gobierno, los hermanos de Madrid y de Úbeda, y los muchos que así lo desearon, se aproximaron a la capilla donde se entonó la Salve Regina ante la imagen de Nuestra Señora. Al finalizar, justo antes del responso por los hermanos de la cofradía fallecidos, quedó patente de nuevo la devoción a Nuestra Señora cuando se ofreció a besar la medalla de la Cofradía.
Por la tarde, durante la Comida de Hermandad y dado que estamos celebrando el
año de la fe, la cofradía regaló a todos los asistentes un ejemplar de bolsillo
del Evangelio 2013.
Finalmente, en un acto improvisado, un numeroso grupo de
hermanos se desplazaron de nuevo a San Ginés para rezar el santo rosario junto a
nuestra Madre, concluyendo así una jornada de hermandad, mariana por excelencia,
alrededor de nuestra Patrona la Virgen de Guadalupe.