Un nuevo periodo y una nueva singladura se abre al horizonte de esa Real Archicofradía en la esperanza de ser la que con su actuación y ferviente amor a la Virgen de Guadalupe, pueda unir bajo el manto de Nuestra Señora del Gavellar todo el potencial de esos sus hijos de dentro y fuera de Úbeda.
Ese potencial que a veces se dispersa sin saberse alejado y que por razones sociales o personales, hacen que la dispersión pueda acrecentar la añoranza y el deseo razonable de poder tener un referente cercano de cuanto el conjunto del Santuario del Gavellar supone espiritualmente.
La Distancia, por mucho que nos hayamos alejado, nunca será dispensa para disponer de una realidad viva y tangible, si no es acercándonos en persona al núcleo de ese Crisol que fomenta en nosotros la añoranza. Solo así podremos disfrutar plenamente de todos los beneficios que nos ofrece el Santuario situado junto a la rivera del arroyo que le da su nombre.
No es posible aún por mucho que lo deseemos y siendo de corazón, que pueda haber otro lugar en toda la tierra, igual en Gracia, Esencia y Presencia. Cualquier deseo de emularlo con la mejor conciencia cristiana, sería incapaz de dotarlo de las características e influencias del Altísimo. Él dotó de Gracia ese lugar en el momento de la aparición de la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, creando a través de la Virgen la conciencia cívica y cristiana para la construcción de su Santuario. Por otro lado, sería imposible poderlo impregnar de las plegarias, oraciones, cánticos y lágrimas que durante siglos han ido fluyendo en el, por quienes nos precedieron ¡Solo sus muros pueden guardar esa memoria!
Por la reflexión anterior se hace necesario pensar en que Dios dota a cada Santo Lugar de una gracia especial y particular y que por ello los ubetenses, así como quienes han nacido y vivido en nuestra Comarca de la Loma, les confiere el gran privilegio de saber encontrar entre esos viejos muros la Gracia Espiritual y la sabiduría humana que tanto demanda el interior de nuestro espíritu, y que en nuestro Santo Lugar, fue depositada por el Altísimo para gloria y disfrute de sus hijos siendo para muchos, Tierra Santa desde entonces. Se podría decir ¡Nuestra pequeña Jerusalén! sin tener conciencia de ello.
No cabe la menor duda, que el núcleo y la esencia de la advocación a Nuestra Virgen de Guadalupe, está en el Santuario. Y que al igual que en Santiago de Compostela, hay que peregrinar hasta ese Santo Lugar para ganar los beneficios e indulgencias de su Jubileo, en El GAVELLAR sucede lo mismo, aunque es obvio que no goza de la misma fama y fervor popular. Pero no por ello, deja de ser un LUGAR MUY ESPECIAL DE PEREGRINACIÓN para todos y en especial para los ubetenses. Parece difícil de explicar, que llevando tantos años impregnando la cultura de nuestra ciudad, la gran mayoría, no hayamos sabido encontrar su ruta espiritual aún cuando nuestra presencia en su romería durante años, haya sido un compromiso sincero, pero tal vez falto de sensibilidad para encontrar la forma de “conectar” y conseguir el estímulo necesario. No solo para la fiesta externa, sino también para la gran fiesta espiritual, la fiesta del alma, donde se aposente la ilusión y la imperiosa necesidad de volver
Volver, a ese Santuario que tanto nos necesita para mantenerse en pie y seguir irradiando la Pureza y Gloria del lugar hasta los confines de la tierra donde cualquier ubetense pueda sentirlo y revivirlo dentro de su ser.
Volver, para dar ese abrazo sincero a Nuestra Madre, entregándole nuestro corazón limpio vacio de recelo, rencores, poder, gloria… dándole gracias por los objetivos cumplidos, o cuanto menos acercándonos para pedirle con humildad que interceda ante su Hijo y Padre Nuestro, por los errores y debilidades que con cierta facilidad cometemos y que en ocasiones nos olvidamos y auto perdonamos en la convicción de que Dios nos habrá perdonado apoyándonos en su magnanimidad.
Si sentimos y actuamos a si, estaremos contribuyendo a la fervorosa conservación y al enriquecimiento espiritual de ese Santo lugar bajo la advocación de la Virgen de Guadalupe y Señora del Gavellar -Patrona de la Ciudad de Úbeda - Patrimonio de la Humanidad.
Es vital, la contribución desinteresada de los Cofrades en todas sus variantes y el firme compromiso que estos sienten, cuando han vivido y viven en el día a día, la llamada de su Patrona. Ellos son el capital humano y la fuerza viva e irrefutable para hacer progresar en valores, divulgación y fidelidad. Abarcando todos los estratos sociales de nuestra Gran Ciudad, para fomentar la filiación familiar y hacer atractiva la propuesta para nuevas afiliaciones.
Este es el compromiso de la Junta Directiva, su Presidenta y el de todos los Cofrades, para que transcurrido casi un año de la renovación de gobierno de esa Real Archicofradía de Nuestra Señora de Guadalupe, mantengan mediante su agenda de actos socioculturales y religiosos, viva la ilusión y el mensaje sincero a todos los ubetenses de dentro y fuera de nuestra ciudad. Formando unos y otros un grupo homogéneo indisoluble proyectando hacia el futuro el honroso relevo de continuas e infinitas generaciones como ya lo hicieran quienes nos han ido precediendo en el tiempo.
Envío una poesía para unirnos en un mismo sentimiento de hermandad y fraternidad entre todas las personas sencillas y de buena voluntad, que sirvan más para unir, que para separar, haciendo del altruismo la herramienta imperecedera, puesta al servicio de la causa más noble y justa. ¡El amor a Nuestra Patrona!
Madrid, 30 de Noviembre de 2.010
Antonio Montero H.
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