La procesión del Corpus Christi la abría la B.C.T. "María Santísima de la Penas". Tras ésta se disponía Adoración Nocturna, clero, autoridades militares y civiles, cofradías, niños y niñas de primera comunión, otras asociaciones de la Iglesia y Agrupación Musical Ubetense, que marcó el paso de los horquilleros de la Virgen de Guadalupe, acompañaron al Santísimo Sacramento. Cerraba la procesión una sección de guardias civiles de la Academia de Baeza.
Tras finalizar la procesion, la Virgen de Guadalupe sería trasladada hacia las 13'00 horas a la Iglesia de San Pablo, acompañada por la mencionada banda de cornetas y tambores, así como por numerosos devotos.
Para esta ocasión, la Real Archicofradía dispuso un altar en la Plaza Vázquez de Molina. De gran sencillez pero no sin ello perder la dignidad que corresponde a tal ocasión, el altar estaba presidido por una bella custodia de tipo sol, bajo la cual se disponía la imagen en su talla de la Virgen de Guadalupe, acompañada por elementos alegóricos como el pan, el racimo de uvas, un cáliz y unas vinajeras. A los laterales se situaban dos candelabros de plata así como plantas. Todo el suelo estaba cubierto por una bella composición con arena de colores, de temática eminentemente guadalupana.
Muchos de los altares han destacado por su especial contenido mariano, teniendo un especial recuerdo hacia la Patrona de Úbeda. Así, la imagen de la Virgen de Guadalupe se encontraba en los altares de las Cofradías de la Expiración y de la Soledad, así como de Jóvenes de Acción Católica (JAC). A todos ellos hacemos extensible nuestro agradecimiento por acordarse de la Nuestra Señora a la hora de diseñar esta arquitectura efímera.
Mencionar que la Asociación Cultural Cofrade "El Sudario", dentro de los premios otorgados a los altares y paradas, puntuó al altar de Nuestra Patrona en un 7º lugar, honroso puesto especialmente teniendo en cuenta el gran número de altares erigidos y la gran calidad de muchos de ellos.
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