«Alégrate, llena de gracia, el Señor está
contigo.»
Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu
palabra.»
Y el ángel dejándola se fue. (Lucas 1,
26-38)
La Santísima Virgen María con su SÍ
sencillo, directo, confiado y humilde como es Ella, se convierte en una
figura importante durante estos días de Navidad, este sí ha hecho que Él habitará entre nosotros, entrará en nuestras
vidas y sea la salvación para todos, ha sido “el feliz comienzo de la Iglesia”
porque de Ella tomó Cristo su humanidad (como nos dice Pablo VI).
María, la joven de Nazaret, una mujer de su tiempo, a la que todos le
rezamos, le cantamos y le llamamos Madre, concibió en su seno a nuestro
Salvador. Mujer llena de “Gracia” como le dijo el arcángel Gabriel y que desde
pequeños nos han enseñado nuestros mayores a rezar. Fue elegida por Dios para
ser su Madre “bendita entre todas la mujeres” y “sin pecado”, sin pedir nada a
cambio, Ella es el mejor ejemplo que podemos tener, no busca grandezas ni fama
sólo se ofrece a traer a nuestras vidas la Esperanza, la luz que nos guiará.
Podemos ver todas las virtudes que tiene, es humilde, sencilla,
generosa que se olvida de sí misma por los demás, tiene una gran Caridad, amaba
y ayudaba a todos sin pedir nada a cambio, servía a su amado esposo José con
gran Amor y alegría. Paciente aceptaba contenta todo lo que Dios le pedía. En
el momento de la Natividad de Jesús y ante la negativa de un lugar digno trajo
a su Hijo en un pequeño establo con el sólo calor de una mula y un buey, nació
en la pobreza sin tantas comodidades como hoy tenemos; y con esta sencillez que
Ella nos enseñó hoy debemos celebrar la Navidad como algo maravillo ya que
Jesús, el Hijo de Dios, viene para
abrirnos las puertas del cielo.
Las Sagradas Escrituras nos enseñan el papel principal y esencial de
María cuando narran “María su Madre lo envolvió en pañales y lo acostó en un
pesebre” y siempre aparece la figura de Madre estando junto a Jesús en todos
los momentos de su vida. Está junto a Él en su primer milagro, tal y como nos
lo dice el Evangelista San Juan en Caná de Galilea.
Empieza la vida pública de Jesús junto a su Madre y termina con Ella
junto a la cruz. La Virgen María estuvo presente durante toda la pasión y
muerte de su Hijo, llena de Dolor y Amargura, derramando sus silenciosas
Lágrimas, pero serena viendo como sufría su Hijo en ese momento se convirtió en
Nuestra Madre. Ella nos enseña a sufrir con paciencia y fortaleza todos los dolores
y penas que nos encontramos a lo largo de nuestras vidas.
Es el momento de agradecerle su generosidad porque gracias a Ella
¡CADA NAVIDAD, JESÚS VUELVE A NACER NUEVAMENTE EN
NUESTROS CORAZONES!
VIRGEN MARÍA DE LA NAVIDAD
DANOS EL GOZO, DANOS LA PAZ
DANOS UN MUNDO DE LUZ Y AMISTAD
DANOS, OH MADRE, UNA NAVIDAD.
Ana Herrador Marín
Navidad 2013
La Junta Directiva de la Real Archicofradía de Ntra. Sra. de Guadalupe
Les desea Feliz Navidad y un Año nuevo lleno de paz y alegría
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